
Los hábitos para cuidar la dentadura y boca de tu niño/a empiezan a desarrollarse cuando el bebé tiene cuatro meses; osea, cuando deja la lactancia y empieza a tomar papillas y otras comidas. Es en esa edad cuando al niño le nace el primer diente; el tipo de comida que se le dés puede afectar su salud dental durante toda la vida. De hecho, hay una relación muy grande entre el consumo de bebidas azucaradas durante la infancia, y el posterior hábito de consumir alimentos con gran contenido de azúcar.
El exceso de azúcar en la infancia puede producir dependencia en el adulto. "Los hábitos de nutrición del adulto se forman al terminar la lactancia; por eso es tan importante que el bebé desarrolle hábitos orientados a una buena salud dental", señala Heidi Hausauer, dentista y portavoz de la Academia de Odontología General.
El azúcar causa caries durante toda la vida; cuanto antes se acostumbre tu bebé al azúcar, más probable será que cuando llegue a adulto se sienta muy atraído por alimentos con exceso de azúcar". Los "jugos" de fruta, por ejemplo, tienen un alto contenido de azúcar y no deben, por ningún circusntancia, ser más del diez por ciento de la dieta de tu bebé.
Los jugos de fruta pueden causar erosión del esmalte; nunca debes dejar que tu bebé se duerma con un biberón de jugo fruta: los dientes que acaban de salir terminan inundados en una sustancia que produce caries en los dientes y que puede causar "caries del biberón". Las caries no son causadas por los azucares en forma directa, sino por los ácidos que se producen de alimentos azucarados por medio de bacterias presentes en la placa o sarro (el material blanco y pegajoso que se acumula en los dientes).
Se escucha fuerte, pero los papás son muy responsables de los hábitos de higiene que desarrolla un niño. Prevenir es una responsabilidad con tus hijos/as, ¡no es un gasto!
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