Consejos útiles sobre tu salud bucal. Mantente informado sobre todo lo que puede pasar en tu boca. Resuelve tus dudas y aprende mucho sobre el cuidado de tu boca y dientes. Pregúntame tus dudas, resolverlas es la razón de este espacio.
25 de noviembre de 2010
¿Relajado en el Sillón del Dentista?
Seguramente alguna vez te has sentido agobiado en el sillón del dentista; tal vez recuerdes algún incidente de tu infancia en particular que te trae terribles recuerdos o tal vez detestes con todas tus fuerzas los sonidos y sabores que allí encuentras. Tener pánico al dentista no es nada especial y es algo que la mayoría de la gente experimenta en mayor o menor medida a lo largo de sus vidas.
Las técnicas odontológicas han evolucionado mucho en los últimos años hacia métodos y tratamientos menos incisivos y más eficientes lo que, en principio, debería servir a cualquiera para acudir más tranquilo a la consulta del dentista.
Pero por si acaso ese miedo te parece una cosa invencible y el ruido del torno te parece salido del mismísimo infierno, aquí tienes unos consejos de mi parte:
- Intenta llegar relajado, físicamente descansado y con unos minutos de anticipación. Planifica tu vista con tiempo y tómate tu tiempo para estacionarte, caminar al consultorio del dentista y en general llega sin prisas. Si vas justo de tiempo, vienes del terrible tránsito de esta ciudad o tienes que llegar corriendo, es lógico que llegues a tu cita más estresado y eso te produce más iritabilidad con el Dentista.
-Ocupa tu mente. Si llegas con tiempo y estás en la sala de espera, puedes aprovechar y terinar algo de tu trabajo que esté pendiente. Planea tu agenda del viernes con algún amigo. Avanza en el libro que estás leyendo. Tu mente estará en otro lado y no encima de la preocupación de estar esperando que tu Dentista te atienda.
-Controla la situación. Hazle saber a tu dentista la señal que usarás si sientes que necesitas una pausa o que algo te está incomodando. El hecho de saberte con el control y con seguridad, reduce tu ansiedad y hace que el tratamiento sea más llevadero.
-Lo que siempre debes hacer es hablar con tu dentista, comunicarle tus miedos, preocupaciones y dudas que puedas tener respecto al tratamiento. El o la Dentista, deben ser capaces de captar tus emociones y explicarte qué van a hacer y cómo lo van a hacer.
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